Anciana.
Anciana del alma, del corazón
las arrugas devoran mi interior.
La juventud pasó como un suspiro,
una centella entre mil estrellas
pasó sin avisar y se fue como llegó.
Mi cuerpo es joven y hablan
y dicen que es hermoso
por solamente serlo.
¿Y mi alma?
Mi alma desafiando el tiempo,
no hay inocencia, no hay júbilo.
Hay arrugas devorándola,
devorándola hasta morir.
Y poco a poco,
diciéndome adiós.